Una de obviedades. Decir que “Cantabria” no es “Cantabria”, aunque confuso aparentemente, resulta el ABC porque una cosa es la realidad institucional de la Comunidad Autónoma de Cantabria y otra la Antigua Cantabria. A esta es preferible llamarla el Solar Cántabro, el topos sobre el que se asentaron los diversos pueblos cántabros. El término Solar hace referencia a estirpe, terruño, origen, ámbito geográfico.
El Solar Cántabro está integrado, pues, por territorios de las circunscripciones administrativas llamadas hoy: Principado de Asturias, Comunidad Autónoma de Cantabria y Comunidad de Castilla y León. Decir esto supone dejar sentado lo obvio, ¿no es cierto?, pero resulta por completo necesario porque la popularización del término SOLAR CÁNTABRO, en lugar de Cantabria, la Vieja Cantabria o la Cantabria Histórica, nos evitaría confusiones y, sobre todo, discusiones del género tonto.
Cuando decimos que Panes perteneció al Solar Cántabro no se está poniendo en duda la sacrosanta asturianidad de Panes. Cuando decimos que Castro Urdiales no perteneció al Solar Cántabro sino al autrigón, no queremos tocar la inalienable cantabricidad actual de la villa marinera. Cuando afirmamos que Aguilar de Campoo estuvo integrada en el Solar Cántabro, esperemos que no se levante el Cid de su tumba; es una ciudad castellana y más que castellana, faltaría más.
Cuando hablamos del Solar Cántabro nos estamos remontando más de dos mil años en el tiempo, ahí es nada, casi cien generaciones atrás. Dentro de otros dos mil años, ¿qué será de España, o incluso de Europa, o incluso de EEUU y si se me apura del planeta Tierra?
Resulta un concepto de perogrullo, pero hay que insistir en él porque el ser humano que tira a poco cultivado —no sé por qué extraño mecanismo neurológico— cuando se le pone delante una linde, una frontera, una línea en un mapa, se aplica en acotar, distinguir, diferenciar y discriminar. En otras palabras, que cuando hablamos del pasado tan remoto al que se refieren las fuentes latinas cuando hacen alusión a los cántabros, estamos remontando las fronteras actuales en el río del tiempo, ¿se entenderá esto? La verdad, no es difícil.
Conviene dejarlo claro porque las identidades salvajes son irracionales y deben prevenirse los comportamientos desquiciados de quienes padecen tales dolencias. Dicho en otras palabras, cuando a un tochu se le dibuja un lindero en el mapa, el lindero se acaba y el tochu sigue. Hay que evitarlo, ofendiditos míos. Panes es Asturias, ¡faltaría más!, pero está ubicada en el corazón del Solar Cántabro, que también es Asturias. En fin, quien no lo entienda, que haga palotes. Recomendables los cuadernos Rubio.
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