A la hora de construir una hipotética mitología de Cantabria, ha de tenerse en cuenta que la arqueología y la historiografía sólo nos ofrecen la siguiente relación escuálida de dioses cántabros, los contantes y sonantes, además sin funciones claras y definidas:
1.- Un primer dios sería LUCOBOS, cuya referencia aparece en el ara de Peña Amaya. Según esa misma inscripción esta deidad sería dios de dioses, lo que le haría coincidir con el Lug céltico.
2.- La segunda deidad sería DEVA, madre de los dioses, que consta en un ara de Monte Cildá.
3.- La tercera, CABUNIÉGINO, también de Monte Cildá, quien quizá por ciertos parecidos fónicos con el Caburus continental, y este con el término cobir que en irlandés significa auxilio, podría ser un dios sanador.
4.- La cuarta, CANDAMO, de Monte Cildá también, hace referencia a un Júpiter Candamo, lo que indica que este dios cántabro equivalía al Zeus-Júpiter grecorromano, con sus funciones de dios celeste, dueño del rayo.
5.- La quinta deidad es EPONA, que aparece referenciada en un ara de Monte Bernorio, como Epane y sí posee funciones definidas: la protección de los caballos y de los animales, la sanadora y la provisoria, pues esta diosa céltica fue integrada como tal en el panteón romano.
6.- El sexto es OBELÉGINO, del que tenemos referencia por constar en un ara procedente de Olmos de Ojeda, en el valle de Santullán. Quizá podría estar relacionado con el Belenos galo y tener, como este, funciones artesanas, aparte de ser símbolo del sol.
7.- El séptimo sería ERUDINO, del ara hallada en el monte Dobra, que podría tratarse de un dios de la guerra, dada su relación con la raíz rud, rojo, color de la sangre.
8.- ATAECINA sería la octava, según el ara encontrada en la Cueva del Valle, en Rasines, deidad que tendría una encarnadura en el mundo de la Oscuridad, por haber sido hallada en las inmediaciones de una profunda caverna.
9.- La novena, MADRE CANTABRIA, del ara de Topusko, hoy desaparecida. Se trataría de una diosa vinculada a la tierra, una deificación de la misma.
Aparte de estos nueve dioses, tendríamos otras tres deidades documentadas:
10.- El NEPTUNO-NIÑO, según la pequeña imagen encontrada en el monte del Cueto, en Castro Urdiales, territorio no cántabro sino autrigón, de la que ni siquiera tenemos nombre, pero sí funciones definidas equiparables a las del Poseidón-Neptuno grecorromano.
11.- SALUS UMERITANA, diosa de las aguas, sanadora, que aparece en la pátera de Otañes, y que mostraría una notable similitud con la diosa SALUS COVENTINA hallada en Northumberlan, Inglaterra.
12.- Por último, LA INNOMINADA, citada por Estrabón a la que se rendía culto bailando hasta el amanecer en las noches de luna llena, deidad de la que ni siquiera sabemos si era masculina o femenina, pero que se podría identificar con la luna.
A estos doce dioses, tendríamos que añadir uno:
13.- AIRÓN, dios de los pozos, de la Oscuridad y del inframundo.
Sobre este dios céltico, o quizá precéltico, que ha dejado amplio rastro en España, Portugal y Francia, ha elaborado un minucioso trabajo el profesor Alberto Lorrio Alvarado, de la Universidad de Alicante. Según este autor, las referencias topográficas al dios y su presencia en Celtiberia son abundantes, y siempre con vinculación a saltos de agua, pozos, cascadas, zonas oscuras, umbrías, acompañadas en el folclore por leyendas truculentas. En su obra —«El dios Airón y su supervivencia en el folclore y en la toponimia». Fundación Ortegalia-Instituto de Estudios Celtas. A Coruña 2007, pgs. 107 y ss)— incluye una minuciosa relación de los lugares en que aparece el dios Airón.
No cita a Cantabria, pero en «Cantábrica. La Gran Epopeya del Solar Cántabro», se introduce a Airón en el selecto círculo de los dioses documentados, por existir un Río Airón y un Pozo Airón en el municipio de Escalante. Este hecho constatable le será próximamente comunicado al profesor Lorrio, con un detallado informe documentado a partir de materiales de los archivos municipales y de la Confederación Hidrográfica, sobre este curioso topónimo menor de Cantabria, para que conste en sus mapas de presencia del dios Airón en tierras españolas en próximas publicaciones.
Estos son los trece dioses documentados en el Solar Cántabro. Bien poco es. No hay más que lo arriba reseñado y, como es lógico, los historiadores y los arqueólogos entienden, con buen criterio, que con tales mimbres —al menos por el momento— no se puede reconstruir una detallada mitología de los pueblos cántabros.
Pero, claro, una cosa es la ciencia y otra la literatura. Esta, como arte que es, se rige por los principios de La Fantástica, diferentes a los de La Lógica. Ni mejores ni peores, sólo diferentes. La Historia se mueve en un marco operativo, constatable, mientras que el arte literario lo hace en otro nivel, el no operativo, pues sus personajes no van a salir del papel, pero, precisamente esta cualidad de lo irreal en apariencia puede permitir romper ciertos moldes.
Por eso, con tan escasos datos, completados por los que ofrece la Mitología Comparada, la literatura puede intentar una reconstrucción detallada de la mitología Cántabra que se mueva en el ámbito de la ficción y que, sin embargo, no desentone con el escenario histórico en el que pretende moverse.
Pero, téngase siempre presente que el objetivo de La Fantástica no es mostrar la historia, sino una interpretación de ella basada en el estatuto ficcional y en los valores estéticos, con un objetivo final que trasciende a la historia misma y a la ficción. En La Púnica de Silio Itálico se pretendía ponderar a la familia Escipión en unos tiempos que su autor suponía de decadencia. En Cantábrica el objetivo es ponderar la heroicidad de un pueblo mítico, algo más que apropiado para los tiempos actuales, en los que impera la globalización mercantilista y el posmodernismo también decadente.
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