Coronoego,
el jefe joven ─que no Corocotta, el jefe viejo─, tiene un sueño en el que se le
revela que dirigirá la guerra contra los romanos y que las rebeliones de
cántabros serán interminables.
Seguiremos
hablando de esto en Los Corrales, el día 29 de agosto, viernes, a las 7, en la campa
"Tierra Sagrada", donde se presentará «Cantábrica, la Gran Epopeya
del Solar Cántabro».
TOMO 3, pg. 142
«Pero debes saber, joven Coronoego,
continúa el dios, que dos años después de tu muerte, una postrera rebelión
saldrá a la luz y que, posiblemente pasados doscientos años vendrá otra, y otra
transcurridos dos mil más, y otra nueva dos mil doscientos más adelante, porque
tú, héroe sin nombre, que, muy probablemente ni siquiera pasarás a la historia salvo
como personaje de ficción, tú que eres sin embargo real como las piedras, te
enquistarás en el pueblo que pise estas rocas. Ellas gritarán bajo los pies de
los caminantes y contarán tu historia. Y, como quienes escuchen sus discursos
también llevarán cadenas en manos y pies, conocedores de vuestro glorioso
final, las romperán en silencio y, en silencio también, acabarán con las
guarniciones que habrán cercenado sus creencias y su historia. Por último,
acompañados por la furia del tejo, por la potencia del roble, por el desfilar
armónico de los chopos, por formaciones de fresnos, por legiones de tilos y por
interminables líneas de bardales, los nuevos cántabros escucharán caer sobre el
enemigo la ronca lluvia de amenazas graznada por las grandes rapaces, por las
diosas inmortales: por Deva, la que habla con los hombres; por Epona, la que
habla con los animales y por Madre Cantabria, la que habla con las piedras,
porque, Coronoego, las Guerras contra Augusto aún no habrán terminado milenios
después de tu muerte, y trazas hay de que no terminen nunca, aunque no haya
ningún Tito Livio, historiador a sueldo, que las recree, pues, según todos los
opresores que han sido y serán, la heroicidad del pueblo es un pésimo ejemplo
para las generaciones futuras. ¿Hemos sido derrotados?... ¡No importa, mañana
venceremos!».
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